¿Cómo preparar tu cachimba? Te contamos todo lo que debes hacer para obtener el mejor resultado
Preparar una cachimba de la forma correcta es uno de esos momentos que todo amante de la shisha disfruta como si fuera la primera vez. Es un auténtico ritual que inicia una actividad social maravillosa para compartir con familiares o seres queridos.
Pero, como es lógico, si no se siguen los pasos adecuados, es muy probable que las cosas salgan mal y no disfrutes de tu cachimba como debería ser. Creemos que, para mejorar al máximo tu experiencia, necesitas conocer paso a paso cómo hacer una cachimba.
Por supuesto, no hay una única manera exacta de preparar una cachimba, ya que cada fumador tiene sus preferencias personales y ninguna es mejor que otras. Lo que sí suele ser común a todos los usuarios es querer conseguir una buena cantidad de humo y el sabor idóneo. ¡Toma nota!
¿Qué elementos son necesarios para encender una cachimba?
Lo primero y principal es tener en cuenta todos los elementos fundamentales que necesitas para comenzar el proceso. No debe faltarte de nada si quieres conseguir el mejor resultado.
En primer lugar, necesitarás una buena cachimba, de una marca fiable, ya sea para principiantes o para fumadores avanzados.
Una cazoleta u otra marcarán la diferencia en el proceso de elaboración. Como ya sabes, existen varios tipos de cazoleta, siendo los más habituales la cazoleta tradicional y la cazoleta tipo phunnel o embudo.
El carbón puede parecer algo trivial, pero si no cuentas con uno de calidad tu cachimba tendrá un sabor horrible. Para preparar tu shisha en condiciones tendrás que usar carbones naturales (3 o 4 generalmente en función de la duración y potencia del sabor que quieras).
Otras cosas que necesitarás son un hornillo para encender el carbón, pinzas, papel de plata (para cazoletas tipo phunnel), punzón para agujerear el papel de plata y, por supuesto, tu sabor favorito de tabaco.
¿Cómo es el proceso de encender mi cachimba?
Ahora que ya sabes todos los elementos necesarios para empezar a montar tu cachimba y ponerla en funcionamiento, vamos a explicarte los pasos uno por uno. No te pierdas que es importante seguirlos todos.
Lo primero, sea cual sea la cazoleta que utilices, será llenar la base de la cachimba con un poco de agua. Te recomendamos que sea lo más limpia posible para que no interfiera con el sabor del tabaco. Calcula un par de dedos desde el tubo de inmersión y tendrás la cantidad perfecta.
Encender mi cachimba con una cazoleta tradicional
Primero tendrás que preparar bien el tabaco. Para ello tendrás que hacer que quede suelto, desmenuzando bien las hojas con tus manos y que se distribuya alrededor de toda la cazoleta. Si vas a usar tabacos diferentes, asegúrate de mezclarlos con paciencia, ya que solo así garantizas el sabor idóneo.
Una vez que esté el tabaco preparado y listo, tendrás que ponerlo en la cazoleta. Puedes ayudarte de un punzón, para distribuir bien las hojas y no aplastar el tabaco en ningún momento.
El siguiente paso será colocar 3 carbones en tu hornillo para encenderlos y lograr que adquieran una alta temperatura. Si están calientes y al rojo vivo, es el momento de ponerlos en el kaloud o gestor de calor.
Pon tu cazoleta con el tabaco cargado en la cachimba. En este momento, puedes usar alguna protección como un cubre vientos durante unos minutos, para que la cazoleta alcance la temperatura adecuada. Si no tienes, limítate a esperar un poco.
Acuérdate de quitar uno de los carbones y dejar solo dos cuando ya lleves un rato, de esta manera evitarás que se queme el tabaco y estropear el sabor.
Encender mi cachimba con una cazoleta tipo phunnel
Si en vez de una cazoleta tradicional, lo tuyo son las cazoletas phunnel o de embudo, los pasos son relativamente similares. Sin embargo, existen ciertas diferencias que no puedes olvidar si quieres hacer una cachimba de la mejor manera.
Lo primero es, igual que en el caso anterior, preparar el tabaco. Tendrás que separar con tus dedos cada hoja para que quede todo bien esparcido. Después, tendrás que tapar el agujero de la cazoleta con tu dedo.
Deposita el tabaco por encima hasta que no quede un solo espacio libre dentro de la propia cazoleta, aunque es importante que esté bien aireado en todo momento.
Una vez que el tabaco esté puesto, tendrás que meter las hojas con tus dedos sin que sobrepasen la cazoleta. Muy importante aquí no ejercer presión sobre el tabaco ya que podrías aplastarlo y, una vez más, empeorarías el sabor de forma notoria.
Si has seguido los pasos con atención verás que, cuando pongas tu papel de aluminio encima de la cazoleta, está no tocará el tabaco. Así lograrás que no se queme. El papel de aluminio se puede poner en cualquier dirección, pero, eso sí, asegúrate de que quede bien estirado y tenso.
Cuando esté puesto, agujeréalo con tu punzón. Esto va según gustos, aunque mucha gente prefiere hacer agujeros más finos y no demasiados.
De la misma manera que con la cazoleta tradicional, tendrás que colocarla en la cachimba. Un truco fantástico en este paso es utilizar una pequeña goma elástica, que garantiza que no haya movimientos indeseados y además dejará efecto vació entre cazoleta y cachimba.
Ahora solo tendrás que calentar los carbones como en el caso anterior y ponerlos en el Provost o gestor de calor. Deja que respire un poco antes de fumar, para que se caliente todo bien. Ahora puedes quitar un carbón si ves que el calor en la cazoleta es excesivo o si te raspa demasiado a la hora de fumar. En estos casos, lo mejor es probar y ver qué te va mejor.
Pues bien, con todo esto ya sabes más que suficiente para empezar a encender tu cachimba y lograr el mejor resultado. Ahora solo falta lo más importante, que compres todo lo que necesitas, reúnas a tus seres queridos y disfrutes de una fantástica shisha.